Los desafíos de la digitalización en el Censo de Población y Vivienda 2024
Un censo de derecho, una lógica de encuestadores capacitados y una recolección digital de la información son las características principales del Censo 2024 que inició hace un mes. “Lo que acá está en juego es saber cuánto despliegue tiene el Estado de manera presencial y cuánto finalmente se deja al despliegue digital”, señala el investigador principal de NUDOS, Sergio Toro
En esta oportunidad —a diferencia del fallido Censo 2017—, el recuento poblacional se ejecutará en un período de 3 meses y se aplicará a través de instrumentos digitales.
Si bien la aplicación digital del cuestionario es una novedad para el Censo de Población y Vivienda, este mecanismo no es nuevo en el empleo de encuestas. La Casen 2022, por ejemplo, también se aplicó vía instrumentos digitales.
Sergio Toro, investigador principal del Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS) y del Instituto Milenio Fundamento de los Datos (IMFD) que formó parte del panel de expertos para diseñar, implementar y evaluar la Encuesta Casen 2022, explica que en este tipo de instrumentos digitales “existe un programa que te permite a ti o al entrevistador poder ir marcando los cuestionarios y eso hace que finalmente todo se vaya centralizando en un solo lugar”.
En este sentido, el académico añade que los cuestionarios digitales son bien distintos a los cuestionarios en papel: “En los cuestionarios de papel, por ejemplo, tú tenías que ir leyendo las opciones y a veces una opción te hacía saltar a otra pregunta, pero ahora los cuestionarios digitales te permiten hacer ese salto por programación”.
Digitalización de la aplicación
Otra de las novedades de este proceso es la posibilidad de autocensarse digitalmente en caso de que los censistas no encuentren personas en el hogar. Sin embargo, a Sergio le surgen diversas interrogantes sobre la posibilidad de autocensarse. “Ya no solo no existe el censador profesional, sino que, además, no sabes quién está respondiendo ese código particular de la vivienda, porque no es un código particular de la persona. Por lo tanto, la puede responder cualquier persona y puede prestarse para respuestas erróneas”. Además, agrega: “Qué pasa si la persona que recibe esto es una persona con poca aptitudes digitales, generalmente grupos mayores, grupos rurales, etcétera. ¿Lograrán hacer este ingreso? porque el censo digital la mayoría tiene que hacerlo vía teléfono porque no tiene red de Internet fija, no tiene computadores, sino que simplemente teléfonos”.
De acuerdo al Estudio de Inclusión Digital 2023 elaborado por la directora alterna de NUDOS, Teresa Correa, y la investigadora principal del Núcleo Milenio Imhay, Isabel Pavez; las personas de sectores rurales y los grupos etarios de mayor edad experimentan importantes dificultades en la comprensión de los medios digitales. “El gran problema del despliegue digital, entendiendo que se está tratando de avanzar a un gobierno electrónico, es entender quiénes pueden participar de aquello y con ello los sesgos que se generan debido a la incapacidad que tienen algunas personas para desarrollar este trámite en términos digitales”, sostiene Sergio.
“Lo que acá está en juego es saber cuánto despliegue tiene el Estado de manera presencial y cuánto finalmente se deja al despliegue digital”, cierra el académico.